Laozi se oponía a la cultura de la clase dominante en la antigua China. Consideraba que esta cultura, al establecer conceptos morales hipócritas. En su perspectiva, dicha cultura entraba en conflicto con los fenómenos sociales regulares, es decir, con el Dao del Cielo.
Rechaza la sabiduría y el conocimiento,
y aprovechará cien veces más al pueblo.
Rechaza la benevolencia y desecha la justicia,
y el pueblo volverá a la piedad y el amor.
Rechaza la habilidad y su provecho,
y no habrá más bandidos ni ladrones.
Pero estas tres normas no bastan.
Por esto, atiende a lo sencillo. y genuino, reduce tu
egoísmo, y restringe los deseos.
Abandonando el intelecto artificial, el pueblo obtendrá beneficios cien veces mayores; despojándose de la benevolencia prescriptiva y la justicia forzadas, el pueblo recuperará su naturaleza filial y amorosa; eliminando la astucia y el interés material, los ladrones y bandidos desaparecerán.
Estos tres conceptos — sabiduría y intelecto, benevolencia-justicia y astucia-interés — son meros ornamentos superficiales.
Como principios para gobernar los males sociales, resultan insuficientes. Por lo tanto, es necesario guiar la conciencia humana hacia la preservación de una naturaleza pura y sencilla, reducir los deseos egoístas y las distracciones mentales, y rechazar las normas vacías de sabiduría y rituales, para así liberarse de las preocupaciones.
La solución propuesta por Laozi es: utilizar la pureza esencial y la naturaleza auténtica para reemplazar la sabiduría y la inteligencia superficiales; reducir el egoísmo y los deseos para alcanzar la verdadera benevolencia y justicia; dominar el conocimiento genuino para no ser tentado por diversas artimañas o intereses.
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