Dao De Jing – Capítulo 16

El capítulo XVI del Dao De Jing sintetiza dos pilares de la práctica espiritual: cultivo de la estabilidad y cultivo de la sabiduría.

Alcanza la total vacuidad
para conservar la paz.
De la aparición bulliciosa de todas las cosas,
contempla su retorno.
Todos los seres crecen agitadamente,
pero luego, cada una vuelve a su raíz.
Volver a su raíz es hallar el reposo.
Reposar es volver a su destino.
Volver a su destino es conocer la eternidad.
Conocer la eternidad es ser iluminado.
Quien no conoce la eternidad
camina ciegamente a su desgracia.
Quien conoce la eternidad
da cabida a todos.
Quien da cabida a todos es grandioso.
Quien es grandioso es celestial.
Quien es celestial es como Tao
Quien es como el Tao es perdurable.
Aunque su vida se extinga, no perece.

La práctica dual de la calma y la observación (o el cultivo de la estabilidad y la sabiduría).

• Para alcanzar un estado de quietud o meditación, primero se debe practicar la calma mental, eliminando las distracciones y logrando un estado de vacío interior. Este proceso implica mantener una mente libre de pensamientos caóticos y apegos, siguiendo el principio de «sustituir mil pensamientos con uno»‌.
• Diversos métodos budistas de cultivo de la calma se basan en este principio, permitiendo elegir uno según las preferencias individuales‌.
• El «vacío extremo» es el camino hacia la quietud, y se requiere controlar la mente inquieta para mantener este estado, preparándose así para la etapa de observación profunda.

El ciclo natural de todos los seres

• Todas las cosas operan simultáneamente, lo que en términos budistas se describe como el «surgimiento interdependiente». Su funcionamiento sigue un patrón cíclico: para los humanos, es el ciclo de nacimiento, vejez, enfermedad y muerte; para los objetos, es el de formación, permanencia, deterioro y disolución‌.
• Aunque los fenómenos son complejos y diversos, cada uno retorna a su raíz original. Este movimiento y cambio obedecen a una ley inmutable: retornar a la raíz y cumplir el destino representa el estado de máximo yin, donde el yang está por emerger, reflejando la visión taoísta de la causalidad‌.
• Reconocer la constancia cíclica es iluminación; ignorarla conduce al desastre.