El Rey Mono, lleno de ira, abandonó el Palacio Celestial y regresó a la Montaña de las Flores y Frutas.
Al día siguiente, el Emperador de Jade nombró a Devaraja Li Mariscal del Demonio Subyugador, dirigiendo a Príncipe Ne Zha(Nata), y las tropas para descender a las Regiones Inferiores y capturar al Rey Mono.
“¡Malditas bestias! ¿cómo te atreves a irte sin permiso? ¡Ríndete inmediatamente o te haré pedazos!” gritó el Dios Espíritu Todopoderoso.
“¿Qué tipo de imprudente inocentón eres tú?”
bramó el Rey de los Monos, furioso.
“¡Deja de fanfarronear y de darle a la lengua, de una vez! Regresa cuanto antes al Cielo y dile de mi parte al Emperador de Jade que no tiene el menor respeto por la auténtica valía. Mis capacidades son prácticamente infinitas y, sin embargo, sólo accedió a confiarme el cuidado de sus caballos. ¿Has visto las palabras que he hecho bordar en mi estandarte? Si se me concede una posición acorde con lo que ellas significan, depondré mis armas y volverá a florecer la paz en el universo.”
Al oír esas palabras, el Dios Espíritu Todopoderoso abrió los ojos cuanto pudo y descubrió un estandarte gigantesco en el que podía leerse: “Gran Sabio, Sosia del Cielo”.
El dios soltó la carcajada y exclamó con mal contenido desprecio:
“¡Estúpido mono! ¡Es increíble lo fatuo y arrogante que has llegado a ser! ¡Prueba mis hachas!“
Pero Rey Mono era un guerrero experimentado y no se arredró. Paró el golpe sin ninguna dificultad con la barra de hierro, dando así comienzo a un apasionante encuentro.
Pronto, el Dios Espíritu Todopoderoso no pudo derrotar al Rey Mono y huyó.
Entonces, el Devaraja Li envió a Ne Zha, el tercer príncipe, a enfrentar la batalla.
“¡Maldito mono rebelde!”
gritó el Príncipe.
“Soy Ne Zha, el tercer hijo del Devaraja Li, y me ha ordenado por el Emperador de Jade venir a arrestarte.”
“¿Arrestarme tú a mí?”
replicó Wukong, soltando la carcajada.
“Joven príncipe. Eres demasiado joven, no voy a pelear contigo. Echa un vistazo a las palabras que hay bordadas en mi estandarte. Si se aviene a concederme la posición que ellas reclaman, no tendréis que luchar contra mí.”
Ne Zha gritó, furioso:
“¡Que mi cuerpo se transforme!”
Y al instante se convirtió en un terrible personaje de tres cabezas y seis brazos, con los que blandía otras tantas armas: una espada, una cimitarra, una cuerda, un látigo, una bola afiligranada y una rueda de fuego.
Se ve que el muchachito conoce unos cuantos trucos. También el Rey Mono gritó:
“¡Transformación!”
En un abrir y cerrar de ojos, se convirtió en una horrenda criatura de tres cabezas y seis brazos, que sostenían, amenazadores, las tres barras de hierro.
Haciendo uso sin cesar de sus poderes sobrenaturales, el Príncipe y Wukong resistieron sin desmayar más de treinta asaltos.
Sin embargo, al final, Ne Zha no pudo vencer al Rey Mono. Resultó herido en la pelea.
Al ver que el príncipe estaba herido y no podía volver a luchar, el rey Li decidió retirar sus tropas y volver al Cielo.
El Rey Li del Cielo regresó al Palacio Celestial e inmediatamente fue a informar al Emperador de Jade. En ese momento, la Estrella de Venus propuso una vez más reclutar a Wukong.
La Estrella de Oro del Planeta Venus dio un paso al frente y dijo:
“El mono rebelde tiene, ciertamente, una lengua muy ligera, pero no conoce la diferencia entre lo que está bien y lo que no lo está. Incluso si enviamos nuevos efectivos a luchar contra él, dudo mucho que logremos dominarle sin sufrir nosotros mismos cuantiosas pérdidas. Opino, por lo tanto, que lo más aconsejable sería que os mostrarais benigno y le hicierais llegar una nueva oferta de reconciliación. ¿Qué podéis perder, en definitiva, nombrándole Gran Sabio, Sosia del Cielo? Al fin y al cabo, se trata de un título carente totalmente de rango.”“¿Qué quieres decir con eso de que carece de rango?” preguntó, una vez más, el Emperador de Jade.
— Viaje al Oeste, Capítulo 4
“Que por muy rimbombante que pueda sonar eso de Gran Sabio, Sosia del Cielo, no llevará aparejados ninguna responsabilidad oficial ni tipo alguno de compensación económica. Además, para nosotros supondrá una ventaja tremenda, ya que podremos controlarle con más facilidad y haremos cuanto esté de nuestra mano para hacerle desistir de la arrogante locura que ahora le domina. De esa forma, el universo y los océanos volverán a gozar de nuevo de la paz y la tranquilidad que siempre les ha caracterizado.”
Entonces, la Estrella de Oro del Planeta Venus acudió una vez más al Monte de las Flores y Frutas. Con sus excelentes dotes diplomáticas, la Estrella de Oro logró convencer una vez más al Rey Mono para que sirviera en la Corte Celestial. Al final, Sun Wukong se convirtió finalmente en el Gran Sabio del Cielo como él deseaba. No sólo eso, el Emperador de Jade también le ordenó construir un palacio, y dispuso que Wukong custodiara el Jardín Real del Melocotón.
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