En Viaje al Oeste, varias tradiciones religiones y culturas, principalmente el budismo, el taoísmo y el confucianismo, coexisten armoniosamente y se influyen mutuamente, lo que en conjunto construye la rica connotación cultural y el singular fundamento filosófico religioso de la obra.
La obra incorpora los conceptos budistas de compasión y cultivo, al mismo tiempo que despliega el misterio y la fantasía del taoísmo. Esta fusión no sólo se refleja en la trama y la caracterización de los personajes, sino también penetra profundamente en los niveles de pensamiento religioso y práctica espiritual.
Por ejemplo, el Monje Tang, como budista, nunca olvida ser leal al emperador y servir al país, y su comportamiento y normas morales reflejan la etiqueta y la moral confucianas. Personajes como el Rey Mono, por otra parte, tienen fuertes influencias del taoísmo, y sus hechizos y habilidades mágicas reflejan el misticismo taoísta. El maestro Subhuti es una combinación de budismo, taoísmo y confucianismo, lo que le convierte en un ermitaño e inmortal más avanzado del mundo de Viaje al Oeste.
Sin embargo, esta fusión no se produjo de la noche a la mañana, sino que atravesó un largo proceso histórico. Este proceso también es complejo, con conflictos y armonía. Respetar la diversidad y defender un pensamiento armonioso son cruciales en el proceso de integración religiosa.
La unidad de las tres religiones es un fenómeno cultural único en la historia china, que refleja la inclusividad y pluralidad de la cultura tradicional china en el ámbito religioso. Este proceso no sólo ha enriquecido la cultura religiosa china, sino que también ha tenido un profundo impacto en los cambios de la sociedad china.
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