En Viaje al Oeste, Zhang Shao y Li Ding son dos personajes muy distintivos.
Uno es pescador y el otro leñador. Solía asociarse la vida de los pescadores y leñadores con una existencia plácida, apartada por completo de las preocupaciones mundanas.
Ambos son eruditos y ermitaños. Son buenos amigos y a menudo se reúnen para beber, charlar y componer poesía. Por ejemplo:
He cruzado más de diez mil millas de aguas cubiertas de neblina en mi pequeño bote de vela, oyendo solamente el murmullo del agua y el travieso chapotear de los peces. He purificado así mi corazón, privándole de todo deseo de fama o riqueza, complaciéndome únicamente en la estilizada belleza de las espadañas y los juncales. ¿Existe, acaso, placer mayor que ir contando las gaviotas que vuelan por encima de nosotros? Mi esposa y mis hijos unen sus risas despreocupadas a las mías, mientras van pasando ante nosotros orillas cubiertas de sauces y remansos repletos de juncos. Cuando el viento y las olas se amansan, me invade la dicha del sueño que no anhela la gloria ni se ve perturbado por la vergüenza o la miseria
— Viaje al Oeste, Capítulo 9
De hecho, en el Viaje al Oeste, estos dos personajes no son importantes. Sin embargo,este diálogo entre los dos personajes tiene un propósito artístico: introduce el conflicto entre el Rey Dragón del río Jing y Yuan Shoucheng, lo que a su vez desencadena la sección en la que el Emperador Taizong entra en el inframundo. La resurrección del Emperador Taizong es lo que da lugar a la asamblea general y, finalmente, al viaje del monje Tang para obtener las escrituras sagradas. Este giro en la trama es natural y no parece forzado.
El autor utiliza este diálogo entre los pescadores y leñadores como un punto de inflexión en Viaje al Oeste, conectando la escena en la que Sun Wukong causa estragos en el Palacio Celestial con la misión del monje Tang. Además, la condición de vida de estos dos personajes también refleja la dificultad de cambiar el destino a través del estudio en el entorno social de la época.
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