Desde la antigüedad, existe la costumbre en el folclore chino de pegar imágenes de dioses de la puerta durante el Año Nuevo Lunar.

Los dioses de la puerta, cuyo significado original es “dioses guardianes de la puerta”, se originaron en el culto a la naturaleza de tiempos antiguos. En aquel entonces, la gente creía que todos los aspectos relacionados con la vida cotidiana tenían dioses, como la puerta de la casa, la cocina, la cama, etc. En las leyendas sobre los dioses de la puerta, las historias de los dos dioses, Shentu y Yulei, han sido transmitidas entre la gente desde hace mucho tiempo, y libros como el “Clásico de las Montañas y Mares” contienen registros al respecto. Shentu y Yulei eran responsables de controlar a los espíritus malignos y las entidades malévolas, y por lo tanto eran venerados por la gente. Los primeros dioses de la puerta no eran pinturas, sino figuras humanas talladas en plantillas, que se colocaban en las puertas.

Con el tiempo, nuevos dioses de la puerta comenzaron a reemplazar a Shentu y Yulei y otros dioses de la puerta, y el significado, la forma y el contenido de los dioses de la puerta cambiaron a lo largo de la historia.

Entre los nuevos dioses de la puerta, Qin Shubao y Yuchi Gong se volvieron los más populares como dioses militares de la puerta. La transformación de Qin Shubao y Yuchi Gong en dioses de la puerta proviene de las novelas “Viaje al Oeste” y “La Historia de Sui y Tang”.

Dioses de la puerta - Qin Shubao y Yuchi Gong de La Dinastía Tang
Dioses de la puerta – Qin Shubao y Yuchi Gong de La Dinastía Tang

—Cuando asentasteis las bases de vuestro imperio —contestó Yuchi Gong —, hubisteis de dar muerte a infinidad de gente. ¿No os parece ridículo temer ahora a los espíritus?

—Sé que puede sonar descabellado —insistió Tai Zong—, pero por la noche los fantasmas no dejan de aullar ni de tirarme ladrillos. Durante el día no se muestran tan agresivos. Pero os juro que, cuando oscurece, no puedo soportar sus locuras.

—Tranquilizaos, majestad —le aconsejó Shu Bao—. Esta noche haremos guardia junto a vuestra puerta Jing De(Yuchi Gong) y yo y veremos de qué se trata todo esto.

Tai Zong aceptó, agradecido, la sugerencia y los otros ministros se retiraron, sin hacer el menor ruido. Aquella noche los dos funcionarios imperiales se pusieron las corazas y los yelmos y, agarrando las mazas y las hachas, se colocaron a ambos lados de la puerta del dormitorio imperial. Su apariencia no podía ser más marcial. Sus yelmos de oro brillaban como si estuvieran hechos de fuego, lo mismo que las corazas, que parecían haber sido confeccionadas con escamas de dragón. Sus petos, incrustados de perlas y piedras preciosas, se asemejaban a las nubes en las que viajan los dioses, realzando la belleza de los fajines de seda, que llevaban ceñidos a la cintura. Uno poseía unos ojos de fénix, que, al mirar hacia lo alto, hacían llenar de temor a las estrellas. Los del otro eran oscuros, pero su fulgor recordaba al rayo y su brillo traía a la mente la blancura de la luna. Ambos eran excelentes guerreros. No es extraño que con el tiempo terminaran convirtiéndose en guardianes de las puertas y protectores del hogar.

— Viaje al Oeste, Capítulo 10


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