En Viaje al Oeste, Chang’e es diferente de la Chang’e de las leyendas chinas.
Chang’e, también conocida como Heng’e o Chang-Er, es la diosa china de la Luna. En la mitología china, Chang’e es conocida sobre todo por su belleza. Cuenta la leyenda que Chang’e robó a su marido el elixir de la inmortalidad y así se hizo inmortal, luego voló a la Luna y se convirtió en diosa lunar.
En la novela Viaje al Oeste también se menciona varias veces a Chang’e.
Kwang-Ing descendió inmediatamente de su nube y, acercándose a él, le preguntó:
—¿De dónde eres y por qué te has atrevido a interponerte en mi camino, puerco salvaje o lo que seas?
—Yo no soy ninguna bestia —contestó el monstruo, humilde—, sino el antiguo Mariscal de los Juncales Celestes. El Emperador de Jade me mandó azotar más de dos mil veces seguidas con un mazo y me desterró después a este mundo de polvo y sombras, porque en cierta ocasión me emborraché y me puse a coquetear con la Diosa de la Luna. Eso me obligó a buscar un nuevo cuerpo en el que reencarnarme. Pero, sin saber cómo, me perdí y fui a parar al vientre de una jabalina. No es extraño que me hayáis confundido con un puerco salvaje. Yo mismo me asusté tanto, al ver el aspecto que tenía, que maté a mordiscos a la cerda que me dio a luz y al resto de la camada. Me apoderé después de esta montaña y he pasado mis días devorando gente. Lo que menos me esperaba es que un día fuera a encontrarme con vos. ¡Apiadaos de mí, Bodhisattva! ¡Os lo suplico!
— Viaje al Oeste, capítulo 8
Wang-Mu ofreció el Banquete de los Melocotones y yo tuve la suerte de contarme entre los invitados que le presentaron sus respetos en el Estanque de Jaspe. Desgraciadamente bebí más de la cuenta y vagué, borracho del todo, de un salón a otro. Así llegué hasta el Palacio Lunar, donde me encontré con una dama extremadamente bella y delicada. En cuanto contemplé la finura de su rostro, caí preso de una pasión irresistible. Sin preocuparme para nada de la etiqueta o el rango, agarré a Chang-Er y le pedí que se acostara conmigo.
— Viaje al Oeste, capítulo 19
Sin embargo, en Viaje al Oeste, Chang’e es diferente de la Chang’e de las leyendas chinas. En Viaje al Oeste, Chang’e es una profesión o identidad, no una persona, una deidad o diosa específica.
Asombrados, miraron hacia lo alto y oyeron gritar al Gran Sabio con potente voz:
—¡Haced salir a vuestras esposas y concubinas, Señor de la India, para que sean también ellas testigos de este portento! Estos dioses que me acompañan son la Estrella del Yin Supremo, las hadas de ambos lados son Chang’e que habitan en la luna. Esa liebre de jade que contempláis a su lado no es otra que la falsa princesa que se hizo pasar por vuestra hija y que ahora ha recobrado la forma que le es habitual.
— Viaje al Oeste, capítulo 95
Para evitar males mayores, el Yin Supremo ordenó a los Chang E recuperan el Conejo de Jade y regresaran con él al Palacio de la Luna.
— Viaje al Oeste, capítulo 95
A partir de esto, se puede ver que Chang’e en el Viaje al Oeste no se refiere a una persona, sino a una categoría de mujeres inmortales en el cielo, y sus estatus en la Corte Celestial no es muy alta.
El incidente en el que Zhu Bajie molesta a una de las doncellas de la luna se refiere a Nishang, una de las muchas inmortales en el Palacio de la Luna.
Zhu Bajie no puede resistir sus deseos y salta al aire para abrazar a la diosa Nishang, gritando:
— Viaje al Oeste, capítulo 95
— Hermana, nos conocemos desde hace tiempo. ¿Por qué no nos divertimos tú y yo un rato?
—¡Maldito Idiota! —le respondió el Peregrino, propinándole un par de bofetadas—. ¿Dónde te crees que estás, para dar rienda suelta a tus instintos?
—Sólo estoy tratando de remediar el aburrimiento que me consume —se defendió Bajie—. ¿Quieres decirme qué hay de malo en ello?
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