En Viaje al Oeste, la mayoría de las espíritus o demonios femeninos capturan al monje Tang porque quieren casarse con él.
Solo hay dos excepciones, el espíritu femenino de hueso blanco y los siete espíritus femeninos de araña. Todas optaron por la “carne” de monje Tang y parecían no tener deseos sexuales ni de otro tipo por los hombres.
Hoy hablamos específicamente de estos siete espíritus araña. Sus orígenes son inusuales. Estos siete espíritus araña son probablemente las siete hadas del cielo.
En primer lugar, son siete mujeres jóvenes, todas muy hermosas, y a todas les gusta bañarse en el manantial Zhuogou(Arroyo de la Purificación).
El Peregrino las observó con atención y vio que todas ellas caminaban agarradas de la mano. Sin dejar de bromear ni de reír, atravesaron el puente. Su belleza era, en verdad, extraordinaria.
Eran como el jade, pero poseían una fragancia que le está vedada a la piedra. A veces se tenía la impresión de que las flores habían aprendido a charlar y a caminar por donde quisieran. Sus cejas parecían ramitas de sauce perdidas en la distancia, pero donde más se hacía patente su delicadeza era en la curva de sus bocas, delimitadas por unos labios tan rojos como cerezas. Sus cabellos, recogidos con horquillas de oro en coquetos moños, traían a la mente el vivo colorido de las plumas del martín pescador. Sus pies, diminutos como almendras, destacaban entre el frágil balanceo de sus faldas rojas. Era como si un grupo de inmortales hubiera descendido a la tierra o la propia Chang-Er hubiera abandonado su reducto de la luna.
— Viaje al Oeste, capítulo 72
Se las describe como hadas que han caído al mundo de los mortales. Dado su refinado gusto por la vida, ¿podrían ser realmente hadas?
Así es como el dios tierra presenta a los siete espíritus araña.
—Ésa es la Cordillera de la Tela de Araña —aclaró el dios—. En ella se encuentra la caverna del mismo nombre, en la que moran siete monstruos.
—¿Esos monstruos de que hablas son masculinos o femeninos? —indagó el Peregrino.
—Femeninos —respondió el dios.
—¿Sabes qué tipo de poderes mágicos poseen? —insistió el Peregrino.
—A decir verdad —explicó el dios—, mi fuerza es muy pequeña y mi autoridad demasiado escasa para determinarlo con certeza. Lo único que puedo aseguraros es que a seis kilómetros al sur de aquí se encuentra un riachuelo de agua caliente, conocido como el Arroyo de la Purificación, en el que solían bañarse las Siete Inmortales de las Regiones Superiores. Dejaron de hacerlo en el momento mismo en el que se presentaron esos monstruos. Es como si hubieran temido enfrentarse a ellas. De eso deduzco que sus poderes mágicos deben de ser, en verdad, extraordinarios; de lo contrario, no me explico cómo han podido dejarles el campo libre esas doncellas celestes.
—¿Para qué querían esos monstruos el arroyo? —volvió a preguntar el Peregrino.
—Después de apoderarse de él —contó el dios—, cogieron la costumbre de bañarse tres veces al día. Por cierto, hoy ya lo han hecho a la hora de la serpiente y me figuro que volverán allí a eso del mediodía.
—Está bien —contestó el Peregrino, al oírlo—. Puedes regresar a tu mansión. Ya me encargaré yo de atraparlas.
El dios se echó, una vez más, rostro en tierra y, golpeando repetidamente el suelo con la frente, se despidió del Gran Sabio e inició el camino de vuelta, hacia su santuario.
— Viaje al Oeste, capítulo 72
Hablemos del origen de manantial Zhuogou(Arroyo de la Purificación).
En el principio de los tiempos existían, no uno, sino diez soles. Hou Yi, el arquero celeste, derribó con sus flechas nueve de ellos, dejando solamente uno, que se convirtió en la fuente del auténtico el Sol. Eso explica que existan en el mundo nueve arroyos de agua caliente, metamorfosis de los soles derribados, en los que también palpita la esencia mágica del yang. Son los siguientes: el Arroyo del Frío Aromático, el Arroyo de la Montaña de la Pareja, el Arroyo Caliente, el Arroyo de la Unión Oriental, el Arroyo de la Montaña de las Inundaciones, el Arroyo Filial, el Arroyo del Gran Torbellino, el Arroyo Tórrido y el Arroyo de la Purificación.
— Viaje al Oeste, capítulo 72
En un lugar tan bueno. ¿Por qué los Inmortales del cielo deberían entregarse a espíritus en la tierra? La jefa de las Siete Hadas es la Reina Madre, conocida también como Reina Madre del Oeste, cuyos bienes no son algo que los monstruos comunes puedan arrebatar.
Al poco tiempo la Reina Madre decidió abrir de par en par la cámara de sus incontables tesoros y ofrecer un banquete con motivo del Gran Festival de los Melocotones Inmortales, que iba a celebrarse, como siempre, en el Palacio del Estanque de Jaspe. Muy excitada por la inminencia de la fecha, ordenó a sus doncellas de la Túnica Roja, Túnica Azul, Túnica Blanca, Túnica Negra, Túnica Púrpura, Túnica Amarilla y Túnica Verde coger un cesto cada una e ir al Jardín de los Melocotones Inmortales a recoger fruta para el festival. Las Siete Doncellas se llegaron hasta la puerta de la huerta y, al ver allí al espíritu y a los sirvientes y oficiales del Sosia del Cielo.
— Viaje al Oeste, capítulo 5
Por lo tanto, podemos inferir que estos siete espíritus araña son, de hecho, las siete hadas. Es posible que estuvieran involucradas en el incidente en el que Sun Wukong robó el melocotón, lo que resultó en su degradación al reino inferior como monstruos. A pesar de esto, la Reina Madre les permitió seguir viviendo en el mundo mortal y usar el manantial Zhuogou debido a su relación pasada.
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