Episodio 97. Otro Bonzo Sha

Locos de contento, Bajie y Bonzo Sha continuaron el camino de vuelta.

No tardaron en ver a Tripitaka caído en el suelo y con el rostro escondido entre polvo. Del equipaje no había ni rastro. Bajie cedió a la desesperación y, dando una patada en el suelo, gritó con rabia:

“¡Han debido de ser esos bandidos a los que apaleó Wukong! ¡No han podido ser otros! Mientras estábamos fuera, han matado al maestro y se han llevado el equipaje.”

Monje Tripitaka Tang fue atacado - Bonzo Sha intentó salvar al Monje Tang - Viaje al Oeste
Monje Tripitaka Tang fue atacado – Bonzo Sha intentó salvar al Monje Tang

Con cuidado dio la vuelta al cuerpo y Bonzo Sha colocó sus mejillas junto a las del monje Tang, al tiempo que gritaba con más desesperación que antes:

“¡Pobre maestro! ¡Pobre maestro!”

Pero entonces comprobó que, aunque débilmente, el maestro seguía respirando y que en su pecho aún latía un hilo de vida.

“¡Bajie!” exclamó a toda prisa, esperanzado.

“Ven aquí en seguida. ¡El maestro no está muerto!”

Sin pérdida de tiempo Bajie se acercó a ellos e incorporó con cuidado al maestro, que empezó a recobrar poco a poco la consciencia entre lamentos y quejidos.

“¡Maldito mono! ¡Casi acabas conmigo!” se quejó con voz muy débil.

“¿De qué mono estáis hablando?” preguntaron a la vez Bajie y Bonzo Sha, pero el maestro no pudo hacer otra cosa que gemir. Sólo cuando hubo probado el agua, pudo decir:

“Al poco de marcharos se presentó Wukong otra vez. Cuando me negué a readmitirle en nuestro grupo, se puso furioso, me arreó un golpe tremendo con la barra de hierro y se llevó nuestras dos bolsas.”

El falso Wukong arrebató el equipaje del Tripitaka Tang
El falso Wukong arrebató el equipaje del Tripitaka Tang

“¡Maldito mono! ¿Cómo ha podido ser tan desalmado? Bonzo Sha, cuida del maestro, mientras voy a exigirle que nos devuelva nuestras bolsas.” exclamó Bajie, tan furioso que le rechinaban los dientes.

Monje Tang opinó:

“Es mejor que no vayas tú. Nunca te has llevado bien con Wukong y tienes una forma muy hiriente de hablar. La más ligera insinuación puede ponerle furioso. ¿Quién te garantiza que no vaya a golpearte con su barra? No, no, opino que debe ir Wujing.”

“Estoy totalmente de acuerdo con el maestro” dijo Bonzo Sha en seguida.

Tras viajar durante tres días y tres noches a lomos de una nube, el Bonzo Sha avistó, por fin, el Gran Océano Oriental. Se posó en el pico más alto y oteó el horizonte, tratando de descubrir el camino que conducía a la Caverna de la Cortina de Agua.

Bonzo Sha se aproximó aún más y vio al Rey Mono sentado en un estrado de rocas. Sostenía en las manos un trozo de papel, que leía una y otra vez a sus súbditos.

Falso Rey Mono está leyendo el documento del Monje Tang - Viaje al Oeste
Falso Rey Mono está leyendo el documento del Monje Tang

Una vez leído el documento, el Rey Mono comenzó otra vez por él principio. Bonzo Sha comprendió en seguida que se trataba del documento de viaje y, sin poder contener más su impaciencia, abandonó su escondite y dijo:

“¿Por qué lees el documento de viaje de nuestro maestro tantas veces?”

El Rey Mono levantó la cabeza, pero, sorprendentemente, no reconoció al Bonzo Sha y ordenó con aire autoritario:

“¡Agarradle!”

Los monos rodearon al Bonzo Sha y lo condujeron, entre empujones y golpes, ante el Rey Mono, que gritó furioso:

“¿Quién eres tú para osar meterte en la morada de un inmortal sin ser invitado?”

“¿De qué estás hablando? Tú sabes quién soy”. Dijo el monje Sha.

“No. No lo sé” Respondió el Rey Mono falso.

Bonzo Sha comprobó, entonces, lo mucho que había cambiado. Comprendiendo lo desesperado de la situación, Bonzo Sha se inclinó respetuosamente y dijo:

“Nuestro maestro posee un carácter muy impulsivo, que le llevó a culparos de lo ocurrido y a recitar el conjuro que tanto dolor os produce, con el fin de apartaros de su lado. Confieso que tampoco nosotros hicimos mucho por aplacarle. Me encargó que viniera a visitaros y a pediros que si accedáis a devolverle lo que es suyo en nombre del agradecimiento que le debéis por haberos concedido la libertad. Nuestro maestro está dispuesto a readmitiros en su grupo, para que juntos alcancemos el Paraíso Occidental y gocemos de los mismos frutos de la virtud. Si, por el contrario, vuestro odio os impide reconocerle una vez más como maestro, os agradecería que le devolvierais, por lo menos, las dos bolsas. De esta forma, podréis disfrutar de una larga vejez entre estas plácidas montañas y nos habréis hecho a nosotros un inmenso favor.”

Bonzo Sha pidió al falso Rey Mono el equipaje del Monje Tripitaka Tang - Viaje al Oeste
Bonzo Sha pidió al falso Rey Mono el equipaje del Monje Tripitaka Tang

Al oír eso, el falso Rey Mono soltó una carcajada cargada de soberbia y dijo con desprecio:

“Creo que habéis interpretado mal mi conducta. Si descargue mi furia sobre el monje Tang y huí después con su equipaje, no fue porque hubiera decidido venir a retirarme a estas montañas, poniendo así, fin a mis intentos de llegar al Oeste. Al contrario. Si ahora estoy memorizando este documento de viaje, es porque abrigo la intención de llegar yo solo hasta allí y pedir a Buda que me entregue las escrituras. Cuando vuelva con ellas a las Tierras del Este, todo el mundo reconocerá que el mérito ha sido exclusivamente mío y los habitantes del continente de Jambudvipa me aclamarán como patriarca y protector. De esa forma, mi fama estará asegurada para toda la eternidad.”

Bonzo Sha contestó, sonriendo:

“Está claro que no habéis pensado bien lo que acabáis de decir. Una vez que Tathagata hubo establecido los escrituras, encargó a la Bodhisattva Guanyin que hallara un buscador de textos sagrados en las Tierras del Este. La Bodhisattva nos comunicó que el elegido para llevar a cabo tan alta misión había sido discípulo del propio Tathagata, siendo conocido por doquier por el nombre de Cigarra de Oro. Si os negáis a acompañar al monje Tang, tened por seguro que el Patriarca Budista jamás os confiará las escrituras sagradas, y todos vuestros sueños de grandeza quedarán reducidos a polvo.”

Replicó el Rey Mono:

“Tu percepción es demasiado superficial. Según acabas de decir, tienes contigo a un monje Tang que precisa de todo nuestro apoyo. ¿Quién te asegura que yo no tengo otro a mi lado? De hecho, acabo de escoger a un monje realmente virtuoso, que irá en busca de esas escrituras y que contará en todo momento con mi ayuda. ¿Qué hay de malo en ello? Mañana mismo nos pondremos en camino. Si no me crees, te lo enseñaré, para que veas que es verdad.”

Se volvió después hacia sus legiones de monos y gritó:

“¡Sacad al maestro en seguida!”

Los monos no tardaron en aparecer con un caballo blanco, un Tripitaka Tang, un Bajie con el equipaje y un Bonzo Sha con el báculo del maestro. Eran tan idénticos al original, que el propio Wujing se quedó mudo de asombro.

Otro Bonzo Sha - Two Wujing - Viaje al Oeste
Otro Bonzo Sha – Two Wujing

Por fin, exclamó, furioso:

“¡Es imposible que exista otro Bonzo Sha! ¡Qué poco escrupuloso es ese maldito mono! Tengo que ir a comunicar en seguida a la Bodhisattva lo que ha ocurrido.”

Los otros monos trataron de rodearle, pero él logró abrirse camino y huía a toda prisa a lomos de una nube.


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