Quienes siguen caminos diferentes no pueden planear juntos.
Según Confucio —replicó uno de los jóvenes—, “no es aconsejable mantener contactos con quienes siguen un camino distinto al nuestro”. ¿Para qué relacionarnos con un monje budista, cuando nosotros pertenecemos al Misterio de la Gran Mónada?
— Viaje al Oeste
La cita está tomada de las Analectas de Confucio. Quienes siguen caminos diferentes no pueden planear juntos, y aquellos con objetivos distintos no pueden ser amigos duraderos. Esto ilustra que personas con intereses divergentes no pueden colaborar eficazmente. Se enfatiza la importancia de compartir valores y metas comunes para establecer relaciones sólidas.
La relación entre el budismo y el taoísmo en la historia de China es fascinante y compleja. El budismo llegó a China desde la India y se propagó a través de las rutas comerciales de la Ruta de la Seda. El taoísmo, como religión autóctona, ya existía en China antes de la llegada del budismo. A medida que el budismo se estableció en China, surgieron debates y competencias entre las dos tradiciones. Los taoístas a menudo veían al budismo como una amenaza. Los emperadores a veces favorecían una tradición sobre la otra, lo que llevaba a conflictos y rivalidades. Después de la dinastía Tang y Song, la conciencia interna de las tres religiones, el budismo, el taoísmo y el confucianismo, comenzó a fusionarse gradualmente. Durante las dinastías Yuan, Ming y Qing, surgió un fenómeno real de convergencia de las tres religiones en su forma religiosa.
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